Azúcar y agua para las agujetas: va a ser que no

Probablemente todos nosotros hayamos oído hablar alguna vez de que si tomamos agua con azúcar antes de realizar un ejercicio físico no tendremos agujetas -o como mínimo no tantas-.

Bien es sabido que nos lo dicen con su mejor intención pero...¿es realmente útil? Pese a contradecir a muchos creyentes en la fórmula mágica de la abuela lamento decirles que en este caso la efectividad de este remedio -llamémoslo casero- es prácticamente nula.

Las células del cuerpo necesitan el O2 para obtener energía (respiración aerobia) en forma de ATP. Para que puedan hacerse una idea por cada molécula de glucosa se llegan a obtener 36 moléculas de ATP en presencia de O2, gracias a un proceso conocido como respiración celular, bastante más complejo de lo que pueden imaginar. Pues bien, cuando hacemos ejercicio el corazón debe bombear más rápido para repartir la suficiente sangre al cuerpo y los pulmones captar mas oxígeno para hacer posible la respiración celular y obtención de energía. Al hacer un esfuerzo físico grande, las células de nuestro cuerpo empiezan a  tener una falta importante de oxígeno con lo cual ya no pueden obtener energía mediante la respiración aerobia, requerimos de otro proceso mucho menos energético (2 ATP por cada glucosa) que no necesita la presencia de oxígeno, hablamos de la fermentación. La fermentación tiene dos deficiencias importantes, la primera y obvia es que produce mucha menos energía que la respiración aerobia y la segunda, relacionada con las agujetas, es que produce un elemento de residuo llamado ácido láctico. Es este producto, que en forma de cristales, nos produce ese dolor en forma de pinchazos después de un ejercicio físico, es decir, que las agujetas no son producidas por una falta de azúcar, sino por una falta de oxígeno, y para esto señores, solo hay un remedio, esperar que el cuerpo haga su trabajo, que el ácido láctico se dirija al hígado y que allí se vuelva a transformar el glucosa.